La "carga mental", el síndrome de las mujeres agotadas "teniendo que pensar en todo"

Piense en todo, todo el tiempo, para garantizar el correcto funcionamiento del hogar: la "carga mental" es más pesada para las mujeres que para su cónyuge. Pero, ¿cómo arreglarlo?
La ropa está guardada, el cuaderno está firmado, el alquiler ha sido pagado, incluso hay una botella en el refrigerador, en caso de una visita inesperada. Todo está bien, o casi ... El hierro, que dejaste inadvertidamente, quemó la tabla de planchar. "Tuviste que decirme que necesitabas ayuda", dice tu cónyuge.

Si eres una mujer comprometida en una relación heterosexual, es probable que esta escena te resulte familiar. Las listas, en papel o en la cabeza, son su vida diaria. E incluso si el intercambio de tareas parece casi equitativo en su pareja, tiene la sensación de tener que organizarse constantemente para garantizar el correcto funcionamiento de su hogar.

Este reflejo lleva un nombre: la "carga mental", que la investigadora Nicole Brais de la Universidad Laval de Quebec define como "este trabajo de gestión, organización y planificación que es a la vez intangible, inevitable y constante, y cuyos objetivos son la satisfacción de las necesidades de todos y el buen funcionamiento de la residencia ". Generador de estrés, este cargo se refiere especialmente a las mujeres que, además de su trabajo, se aseguran de que la tienda gire correctamente.

"Según él, solo tenía que decir cosas"

El intercambio de tareas domésticas sigue siendo, incluso hoy en día, una de las manifestaciones más evidentes de las desigualdades de género en nuestra sociedad. Incluso dentro de los hogares, esta desigualdad ha disminuido muy poco en los últimos 25 años.

Según INSEE, en 2010, las mujeres fueron responsables del 64% de las tareas domésticas y del 71% de las tareas de los padres en los hogares. En 1985, estas tasas fueron 69% y 80% respectivamente.

Sin embargo, no es esta división desigual de tareas lo que más avergüenza a Cecile. Esta mujer de 29 años, que ha estado en el hogar durante seis años, está "agotada por tener que pensar en todo": "Abordé el tema con mi pareja, seguido de una avalancha de duras críticas. después de él, solo tenía que decir cosas, simplemente ".


Pero Cecilia está cansada de tener que "preparar listas detalladas de lo que hay que hacer". "No entiende eso, aunque estoy muy orgulloso de ser independiente y de salir adelante por mi cuenta, incluidas las tareas que podríamos llamar" masculinas "(bricolaje, mantenimiento de automóviles). , etc.), a veces me relevaba de no tener que supervisar todo ". Esta observación también es compartida por Manon , cuyo amigo hace la mayor parte del trabajo doméstico. "Él hace mucho más que yo, pero todavía tengo que decirle los diferentes trabajos en la casa", dice ella.

"Trabajadoras domésticas a cargo"

En un cómic dedicado a la "carga mental", la diseñadora Emma (cuyo libro Another look sale this Wednesday, ediciones Massot) ilustra esta situación con precisión, presentando una situación común en muchos hogares: una mujer, tomada por sus muchas tareas, deja que una olla se desborde sobre el fuego. Como el amigo de Cecile, la compañera ficticia le dijo: "Tenía que preguntar, ¡te habría ayudado!"

Emma resume la situación: "Cuando el compañero espera que su pareja le pida que haga cosas, es porque la ve como la jefa del trabajo doméstico, por lo que le corresponde a ella saber qué tienes que hacerlo y cuando tienes que hacerlo ".

Y los comentarios sobre el cómic de Emma coinciden en su mayoría en un hecho: los cónyuges se negarían, conscientemente o no, a compartir su "carga mental", a riesgo de someter a su compañero a una situación de exceso de trabajo.

Para el empleo malabares tareas domésticas, la crianza y el trabajo (remunerado), mientras que el mantenimiento de una vida social (que a menudo sucede después), muchas mujeres se ven obligadas a organizarse como profesional "A la cabeza de una verdadera PYME, deben y tiene múltiples capacidades de gestión de valores, la anticipación de crisis (que se hará cargo de los niños si los maestros golpean?) y la organización de planificación, que serían arrendadas a los negocios ", señala François Fatoux, ex miembro del Alto Consejo para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, en su libro ¿Y si terminamos con el ama de casa?

"Somos igualmente responsables de tenerlos infantilizados"

Para su compañero de tomar la medida del trabajo doméstico que se realiza, Cecile se detuvo para decirle qué hacer y levantó la "tolerancia a las cosas por ahí" para la decisión de venir puso: "Yo intenté, nada cambió, pero como ya no me quejaba más, pensó que todo estaba bien ".

Para Eva , quien hace la mayor parte del trabajo en su relación y "a quien le gusta ser el dueño de su casa", el método es bueno. "Si queremos que eso cambie, nos corresponde a nosotros darles a los hombres más margen de maniobra para aprender por sí mismos: no es solo su culpa, también somos responsables de tenerlos". condescendencia ". Según ella, los cónyuges se adaptan al lugar que queda en este tiempo del hogar: "¿Cómo saber cuándo no estamos en los controladores? También nos corresponde a nosotros dejarlo ir".


Una solución en línea con lo que Emma escribe en su tira cómica: "los hombres deben aprender a sentirse responsables de su hogar", a diferencia de las generaciones anteriores. "Vemos a nuestras madres haciéndose cargo de toda la gestión de la casa, mientras que nuestros padres solo participan en su ejecución", dice Emma. Ella también recuerda que para que esto cambie, es posible "estar a veces ausente, sin preparar todo y sin culpa": "La reversión de roles a menudo es más efectiva que el enfrentamiento".