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Según la ciencia: Las personas que bailan son más felices



El ritmo de la música

http://lanubegs.blogspot.com/2016/09/las-personas-que-bailan-son-mas-felices.html
"Sin música, la vida sería un error", dijo el filósofo Nietzsche, y no se equivocó, ya que tenemos un instinto natural que nos anima a seguir el ritmo de la música. De hecho, la mayoría de los niños se mueven y dan golpes cuando oyen una melodía que les agrada. Es una respuesta espontánea relacionada con nuestra necesidad de comunicarnos y expresar nuestras emociones a través del movimiento y nuestro cuerpo.

No hay duda de que la música es un lenguaje universal y todos, a excepción de las personas que sufren de amusia, somos capaces de apreciarlo y disfrutarlo. De hecho, se descubrió que las personas de diferentes culturas responden emocionalmente de la misma manera a diferentes tipos de música. Por esta razón, no es coincidencia que los estudios antropológicos indican que los grupos que tenían más probabilidades de sobrevivir eran aquellos que habían desarrollado una propia danza y eran capaces de compartir sus sentimientos a través de la danza.

Por supuesto, la música y la danza no sólo actúan como pegamento social sino que también son muy beneficiosos para nuestra salud física y mental. Estudios recientes han revelado que una de las claves para la felicidad y la satisfacción con la vida es precisamente en la pista de baile.

Pasos que sanan, movimientos que nos hacen felices


En 2013 los psicólogos de la Universidad de Örebro trabajaron con un grupo de adolescentes que sufrían de ansiedad, depresión o estrés, así como síntomas psicosomáticos como dolor en la espalda y en el cuello. A la mitad se les pidió que asistieran a dos clases de danza por semana, mientras que el resto seguía su rutina diaria.

Después de dos años, los que asistían a las clases de baile (en las que se hacía hincapié en la alegría del movimiento más que en el rendimiento), no sólo mostraron una notable mejora de los síntomas psicosomáticos sino que también se refirieron a sentirse más felices.

En otro estudio realizado en la Universidad de Derby, los psicólogos trabajaron con personas que sufrían de depresión. Durante nueve semanas, estas personas recibían lecciones de salsa. Las mejoras comenzaron a apreciarse dentro de las cuatro primeras semanas y, cuando el estudio terminó, los participantes reportaron menos pensamientos negativos, una mejora en la concentración y una mayor sensación de paz y tranquilidad.

Sin embargo, la verdad es que no sólo el baile es un gran recurso terapéutico. Un estudio realizado en la Universidad Deakin reveló que la danza tiene un efecto muy positivo en nuestra vida cotidiana. Estos investigadores australianos entrevistaron a 1.000 personas y encontraron que aquellos que con frecuencia bailaban no solo se sentían más felices sino también más satisfechos con sus vidas, particularmente en sus relaciones interpersonales, salud y las ganancias que se habían logrado a lo largo de los años.

Curiosamente, los psicólogos de la Universidad de Nueva York encontraron un efecto similar en los niños pequeños. Estos investigadores trabajaron con 120 niños de 2 a 5 años, que fueron expuestos a diferentes tipos de estímulos sonoros, algunos eran rítmicos e imitaban la cadencia de la música, otros eran completamente arrítmicos. Lograron apreciar que los niños que se movían siguiendo los movimientos rítmicos, mostraban emociones más positivas, se sentían más felices. Por lo tanto, estos investigadores concluyeron que no sólo tenemos una predisposición que nos lleva a moverse al ritmo de la música, sino que el baile también mejora nuestro estado de ánimo.

¿Por qué la danza nos hace felices?


Cuando bailamos, endorfinas, algunos neurotransmisores que crean una sensación de bienestar, relajación, alegría y empoderamiento son liberados en nuestro cerebro. La danza y la música no solo activan en el cerebro, circuitos motores y sensoriales, sino que también activan los centros de placer.

De hecho, los neurocientíficos de la Universidad de Columbia afirman que cuando nos movemos en sintonía con el ritmo, los efectos positivos de la música se amplifican. Por lo tanto, un pequeño secreto para sacar el máximo provecho de la música es sincronizar nuestros movimientos con el ritmo, por lo que obtendremos "doble placer".

Sin embargo, la verdad es que la magia de la danza no puede reducirse simplemente a la química del cerebro. El baile también es una actividad social que nos permite estar en contacto con otras personas, compartir experiencias y conocer gente nueva, lo cual tiene un efecto muy positivo en nuestra salud mental.

En caso de que fuera poco, mientras nos movemos, nuestros músculos están distendidos al ritmo de la música, lo que nos permite liberar las tensiones diarias, especialmente que se acumulan en los músculos más profundos.


¿Todavía necesitan más razones para bailar?


Fuente: http://www.rinconpsicologia.com

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