Los gusanos intestinales tienen un impacto adverso en la salud de un niño.
Causan algunas enfermedades, las más frecuentes son la parasitosis y la oxiurosis.
Los huéspedes adversos, gusanos parásitos se alimentan de la energía proporcionada por nuestros alimentos a través de la sangre y se multiplican en los intestinos. Cuando alcanzan un cierto número, el organismo del niño reacciona mostrando algunos síntomas. El niño primero comienza a tener vómitos, ojeras y diarrea antes de la anemia.
En casos más graves, el niño perderá peso, tendrá picazón anal y noches alteradas. Si su hijo tiene alguno de estos síntomas, lo mejor que puede hacer es consultar.
Para prevenir la infestación de gusanos, los pediatras rutinariamente recetan medicamentos antiparasitarios cada seis meses para niños menores de 10 años. Sin embargo, las madres son reacias a dárselo a sus hijos, ya que los desparasitantes de las farmacias se basan en elementos químicos.
Después de este hallazgo, la mayoría de las mamás recurren a métodos suaves.
Entre los más antiguos, hay ajo.
El ajo es un vermífugo excelente para los niños.
Simplemente trague una cápsula al menos tres veces al día.
Este tratamiento natural normalmente funciona en 1 día y se puede usar siempre que sea posible.
Si su hijo tiene problemas para tragar el diente de ajo, puede emparejarlo con otros alimentos que le gusten, como el yogur o el jugo.
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