A veces pagan justo por pecadores, y esto es lo que parece pasar con la grasa.
Ponemos la palabra grasa en la alimentación y nos ponemos alerta y evitamos tomarla, siendo esto un error, ya que de la misma forma que hay colesterol malo y colesterol bueno, también hay grasa mala y grasa buena. Grasa que es necesaria, y no solo para dotar tu cuerpo de energía, sin para muchas otras funciones como la de facilitar la absorción de vitaminas liposolubes (es decir, aquellas que solo se diluyen en la grasa) como las vitaminas A, D y K, como de participar en la creación de las membranas de las células, el desarrollo de los órganos, la fabricación de ciertas hormonas, proteger el corazón o simplemente ayudar a nuestro sistema inmunológico.
Como hemos visto, hay 2 tipos de grasa, una es la considerada mala y la otra es la buena, o dicho de otra forma: La saturada (grasa perjudicial) y la in-saturada (es la buena). La grasa saturada, o la grasa trans, no aporta nada bueno al cuerpo, y ademas de ello, pone en riesgo a nuestro sistema cardiovascular, ya que dispara el colesterol malo, y ademas disminuye el bueno. Este tiipo de grasa se encuentra en la leche entera, la mantequilla, los quesos grasos, grasas animales, y sobre todos en margarinas a base de grasas parcialmente hidrogenadas, típico de muchas margarinas.
En cuanto a las grasas buenas, conocidas como insaturadas:
Por lo tanto, ojo con dejar de consumir ciertos tipos de grasas porque nos originaria unas serias carencias. Y como pueden haber notado, el secreto de una buena dieta radica en el equilibrio.
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